LA TRANSFORMACIÓN DE LAS IMPRESIONES

 


LA TRANSFORMACIÓN DE LAS IMPRESIONES


Todos los acontecimientos de la vida llegan a la mente en forma de impresiones, todos los eventos llegan al cerebro en forma de impresiones.

La alegría, la tristeza, la esperanza, la desesperación, los problemas, las preocupaciones, etc., llegan a la mente en forma de impresiones.

Cualquier circunstancia, cualquier acontecimiento por insignificante que sea, siempre llega a la mente en forma de impresiones.
Desafortunadamente no contamos con un órgano capaz de digerir impresiones, motivo este más que suficiente como para que las mismas se conviertan en agregados psíquicos, esto es, en "yoes".
Si no digerimos la mala impresión que recibimos por ejemplo de un insultador, entonces esa impresión se convierte, dentro de nosotros, en un "yo" de venganza.
Si no digerimos la impresión que nos provoca una copa de vino, obviamente tal impresión se convierte en un "yo" de la embriaguez.
Si no digerimos nosotros la impresión que nos provoca una persona del sexo opuesto, incuestionablemente tal impresión se convertiría, por lo mismo, en un "yo" de lujuria.
Si no digerimos la impresión que llegue a la mente, relacionada con una fortuna, obviamente tal impresión puede convertirse en un "yo" de codicia.

Asi que no digerir las impresiones equivale a crear "yoes".

Las impresiones no digeridas, repito, se convierten en nuevos "yoes".
Asi que no solamente tenemos los "yoes" que poseemos, esos que traemos de existencias anteriores, sino lo que es peor: estamos creando todos los días nuevos "yoes", y eso es lamentable.
Dejar de crear "yoes", es indispensable.
Eso es posible únicamente, digiriendo las impresiones.
¿Y cómo digerirlas? ¿De qué manera, de qué modo?
¿Cómo transformarlas en algo diferente?
¿Sería posible eso?
¡Si es posible!
¿Cómo?

Mediante la conciencia.

Si interponemos entre las impresiones y la mente eso que se llama "conciencia", las impresiones se digieren.
Las impresiones en si mismas, son Hidrógeno 48, un Hidrógeno bastante pesado.
Digeridas por medio de la conciencia, se transforman en Hidrógeno 24, que sirve para nutrir al cuerpo astral.
Ese Hidrógeno 24, a su vez, puede transformarse en Hidrógeno 12 para nutrir al cuerpo mental, y por último el Hidrógeno mental, digerido, se transforma en Hidrógeno 6, con el que se nutre el cuerpo causal.
Más vale pues, digerir nuestras impresiones con el propósito de transformar el Hidrógeno 48 en alimentos para los cuerpos existenciales superiores del ser.
💢 Normalmente, las impresiones hieren a la mente y la mente entonces reacciona contra el impacto proveniente del mundo exterior: si nos pegan, pegamos; si nos insultan, insultamos; si nos instan a beber, bebemos, etc.; siempre reacciona la mente contra los impactos provenientes del mundo exterior.
Debemos evitar tal reacción, y eso sería posible exclusivamente, interponiendo la conciencia entre la mente y las impresiones.
¿Habría alguna forma, alguna técnica, algunas prácticas que permitiesen utilizar la conciencia para interponerla entre las impresiones y la mente?
¿Existe alguna clave que nos permita usar la conciencia de esa manera, que sea la conciencia quién reciba las impresiones y no la mente?
💢 Porque cuando la conciencia recibe las impresiones, las digiere inevitablemente, las transforma en algo distinto; pero cuando no es la conciencia quien recibe las impresiones, sino la mente, entonces sucede que la mente reacciona contra los impactos provenientes del mundo exterior, reacciona violentamente, en forma mecánica.

¿Cómo usar pues, la conciencia?

¿Cómo utilizarla, de qué modo, a fin de que sea ella -y nada más que ella- la que reciba las impresiones y las transforme?
Voy a decirles a ustedes la clave, muy sencilla: jamás olvidarnos de sí mismos, de nuestro propio ser.
💢 Porque si uno se olvida de su propio ser interior en presencia de un insultador, termina insultando; si uno se olvida de si mismo, de su propio ser en presencia de una copa de vino, termina borracho; si uno se olvida de si mismo, de su propio ser en presencia de una persona del sexo opuesto, termina fornicando.
Cuando uno aprende a vivir en estado de alerta percepción, de alerta novedad; cuando uno se acuerda de sí mismo de instante en instante, de momento en momento; cuando uno jamás se olvida de sí mismo, indubitablemente se va tornando consciente.
Si uno no se olvida de sí mismo en presencia de un insultador, si uno no se olvida de su propio ser, entonces transforma esas impresiones perversas en Hidrógeno 24, que sirve para fortificar el cuerpo astral, y en Hidrógeno 12 para alimentar el mental y en Hidrógeno 6 para alimentar el causal; es decir, transforma las palabras del insultador en una fuerza diferente.
Si uno no se olvida de si mismo en presencia de una copa de vino, transforma esa impresión -ese Hidrógeno 48- en Hidrógeno 24 y 12 y 6.
Si uno no se olvida de sí mismo en presencia de una fuerte suma de dinero, transforma esa impresión en Hidrógeno 24, 12 y 6.
Así que, no olvidarse de sí mismos es la clave que nos permite manejar inteligentemente la conciencia.
Cuando uno no se olvida de si mismo interpone, entre la mente y las impresiones, eso que se llama conciencia.
Lo hermoso es que sea la conciencia la que reciba las impresiones que vienen del mundo exterior, porque la conciencia puede transformarlas en algo diferente: en elementos creadores, en elementos superlativos del ser, en fuerzas diamantinas que sirven para el desarrollo de los chacras, en múltiples fuerzas que sirven para el desarrollo de ciertos poderes que existen en nuestra constitución interna.
Es necesario, pues, saber que todos los "yoes" que actualmente tenemos, son el resultado de impresiones no digeridas, no transformadas, y esto es lamentable.
Desgraciadamente, las gentes no se recuerdan a si mismas jamás; por eso es que las impresiones llegan a nuestra mente y permanecen asi, completamente sin transformar, dando origen como es natural a los agregados psíquicos, a los "yoes".
Es necesario disolver los "yoes", pero también es necesario no crear nuevos "yoes".
Alguien podría darse el lujo de disolver todos los "yoes", pero si se olvida de si mismo vuelve a crear nuevos "yoes", he ahí lo grave.
La recordación de si mismos, es algo interesante.
Cuando uno se recuerda a si mismo, origina fuerzas diferentes a las de sus semejantes: fuerzas distintas, fuerzas que lo hacen a uno un sujeto completamente diferente a los demás.
Interesante resulta saber, pues, que quienes crean tales fuerzas son distintos, que hasta sus potencias de vida son distintas.
Estoy hablándoles a ustedes, reunidos aquí en este salón, ¿y qué es lo que está llegando a la mente de ustedes?
La impresión, una serie de impresiones: ven a un hombre y lo escuchan.
Esas impresiones les están llegando a la mente, y en instantes en que les estoy hablando, ¿están seguros de que están digiriendo esta impresión, esta impresión de ver a un hombre que les está hablando, que les está dando Enseñanzas Esotéricas?
¿Ya están ustedes en proceso de digestión de lo que están recibiendo, o no?
Si ustedes no están en el proceso de digestión o de transformación de esta impresión, la de ver frente a ustedes a Samael Aun Weor, hablándoles, están perdiendo el tiempo lamentablemente.
¿Por qué?
Porque no están digiriendo las impresiones, porque no las están transformando.
Si no se digiere, no se transforma.
En la ciencia de las transformaciones, existe la digestión de las impresiones.
¿Cómo hacen ustedes para digerir esta impresión?
Me ven ustedes aquí, dando una cátedra, y no deben olvidarse de su propio ser, que sea el ser quien reciba las impresiones, pasar toda la enseñanza al ser, ESCUCHAR CON EL ANHELO DE LLEGAR AL SER.
Si digieren las impresiones, comprenderán mejor la enseñanza.
Si no proceden así, están perdiendo el tiempo y la cátedra resultaría totalmente inútil.
De manera que debemos empezar con hechos, porque aquél que escucha la palabra y no la hace, es semejante al hombre que se mira en un espejo y luego da la espalda y se retira.
No basta escuchar la palabra; hay que "digerirla" y eso es precisamente lo fundamental.
¡Vean ustedes cuán importante es ese evento que se llama "impresiones"!
No podemos vivir ni un segundo sin las impresiones, ni una milésima de segundo.
Así pues, vale la pena transformar las impresiones en algo distinto: en poderes, en luz, en fuego, en armonía, en belleza.
Mas, si no las transformamos -repito, aunque me haga cansón con la repetición-, se convierten sencillamente en nuevos agregados psíquicos, en nuevos "yoes".
Es necesario que seamos más reflexivos.
Necesitamos digerir las impresiones, transformarlas en fuerzas distintas para no crear nuevos "yoes", y necesitamos digerir las viejas impresiones, las que dieron origen a los "yoes" que actualmente tenemos.
Eso es posible a través de la reflexión, de la auto-reflexión, y de la eliminación.
Cuando uno digiere las viejas impresiones que están depositadas en los cinco cilindros de la máquina -en forma de hábitos, emociones inferiores, pensamientos negativos, instintos depravados, abusos sexuales, etc.-, entonces desintegra esos elementos inhumanos, lo cual es obvio.
Asi que no solamente hay que digerir las nuevas impresiones que llegan a la mente, sino también las viejas impresiones.
Y se digiere -repito y aclaro- auto-observándonos de instante en instante, de momento en momento.

💢 LOS CELOS
Los celos que se sienten se deben a una impresión no digerida, no transformada.
Si luego uno trata de digerir aquella impresión, dijéramos, de transformarla en algo diferente; si uno por medio de la reflexión llega a la conclusión de que los celos son absurdos, de que no tienen sentido real, entonces hace la digestión de esa mala impresión que viene desde los antiguos tiempos.
Cuando uno hace esa digestión, pues está en las mejores posibilidades para la desintegración del ego.
Solo faltaría la súplica, la súplica a Devi Kundalini Shakty para que sea ella la que desintegre ese Ego -resultado de una impresión no digerida-, y al fin ese ego de los celos se vuelve polvo.

💢 PELEA POR DINERO
Supongamos que nos peleamos con otra persona, porque no nos quiere devolver un dinero que nos hace falta. Incuestionablemente se trata de una impresión no digerida.
Si en el momento en que fuimos a cobrar el dinero no nos lo quiso pagar el deudor y sentimos una gran contrariedad y el deseo de pelear con ese caballero, entonces debemos ser lo suficientemente comprensivos para al llegar a casa meditar, y así, estando en paz, por medio de análisis reflexivos hacer la digestión de esa mala impresión.
No hay duda de que la ley de recurrencia ha trabajado ahí, se dio el mismo caso: le prestamos a ese mismo señor determinada cantidad de dinero y no nos lo regresó.
Y en la antepasada se dio el mismo caso y en la tras antepasada lo mismo, y siempre ha sucedido lo mismo, y debido a eso fabricamos un "yo" de odio contra ese caballero.
Ahora habrá necesidad de digerir completamente esa mala impresión -que viene de un remoto pasado y que se ha convertido en un "yo"-, digerirla a través de la reflexión, comprendiendo que esto del dinero es vano, ilusorio, y que a la hora de la muerte no nos llevamos ni un centavo para la eternidad.
Cuando ya nos hemos hecho conscientes de eso, entonces suplicamos a Devi Kundalini Shakty que desintegre ese ego -que no es más que el resultado de una serie de impresiones no digeridas-, y es claro que la Madre Divina lo volverá polvo y quedaremos libres de esa mala impresión.

💢 Todos nuestros "yoes" no son sino el resultado de impresiones no transformadas, no digeridas.

Desintegradas tales impresiones no digeridas, las fuerzas aquéllas de las impresiones se transforman en algo distinto: en Hidrógeno 24, 12 y 6, y queda uno limpio.
Así que las impresiones pasadas y presentes deben ser transformadas en fuerzas cósmicas y esto es posible no olvidándonos de nosotros mismos, no olvidándonos de nuestro propio ser.
Cuando uno no se olvida de si mismo, cuando uno vive en estado de alerta percepción, en estado de alerta novedad, entonces transforma esas impresiones en algo distinto.
Si alguien consigue transformar la totalidad de sus impresiones, será un verdadero bienaventurado, porque el ser quedará en él y él en el ser, y entonces tendrá existencia real; entonces sí podrá hacer, porque tendrá al ser encarnado.
Así como estamos, no somos sino robots programados.
Esas impresiones sin digerir quedaron depositadas en nuestros tres cerebros y se repiten aquellas impresiones de instante en instante, de momento en momento y durante toda la vida.
💢 Esa es la mecánica de la ley de recurrencia: una repetición de viejas impresiones.
¿Creen ustedes que eso es agradable: ser máquinas, hacer el papel de robots, no tener al ser encarnado, vivir así como sombras, en este "valle de lágrimas"?
¿Creen ustedes que vale la pena tener una existencia así?
¿Y qué somos?
¡Sombras miserables, robots programados, programados por las viejas impresiones del pasado!
Todas las impresiones de nuestras pasadas existencias que quedaron sin digerir, han sido depositadas en nuestros tres cerebros y ahora se repiten mecánicamente.
De manera que parecemos verdaderos robots, somos robots, moviéndonos mecánicamente en este "valle de lágrimas".
¿Hasta cuándo van a querer ustedes vivir convertidos en robots?
¿Hasta qué año, hasta qué fecha?
Reflexionen en esto, mis queridos hermanos, porque verdaderamente es una lástima ser robot.
¿Qué se quiere decir con transformar las impresiones?
Cuando se dice que hay que transformar las impresiones, quiere decirse que hay que utilizar un instrumento.
¿Cuál?
La Conciencia.
Pero la Conciencia ¿qué es, por qué existe?
La Conciencia es del ser y cuando uno no se olvida de su propio ser, obviamente la conciencia está funcionando.
No olvidarse de su propio ser, es extraordinario.
PREGUNTA
Venerable Maestro: una persona que nunca ha experimentado al ser y que jamás ha accedido a este tipo de estudios, ¿Qué actitud psicológica debe tomar para no olvidarse de si mismo y reafirmar al ser?
RESPUESTA
La personalidad debe volverse cada vez más pasiva, a fin de que nos tornemos receptivos.
Cuando uno se torna receptivo, va sintiendo cada vez más al ser, a través de su centro emocional superior.
Por eso está escrito: "bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios".
Hay que limpiar el corazón para que haya entendimiento emocional, mucho más elevado que el entendimiento cerebral.
Cuando hay cerebrización, por muy grandiosa que sea, resulta muy pobre ante el entendimiento emocional.
El entendimiento emocional le permite a uno experimentar al ser.
Aquí les estoy enseñando cómo se logra el desarrollo del entendimiento emocional, que se va desarrollando cada vez más conforme vayan limpiando el corazón, es decir, conforme vayan eliminando los agregados psíquicos.
Si al principio solamente existe el entendimiento emocional en una forma meramente residual, incipiente, a medida que vayamos desintegrando el ego este entendimiento emocional se irá haciendo cada vez más puro, más apto.
No olvidemos al ser, pongamos siempre cuidado al corazón, que sea limpio, y así, en realidad de verdad, no crearemos nuevos egos.
Pero mientras nosotros nos olvidemos del ser, las impresiones llegarán a la mente y quedarán sin "digerir".
Entonces éstas se convertirán en nuevos "yoes" o fortificarán a los "yoes" ya establecidos en los cinco cilindros de la máquina orgánica; eso es obvio.

💢 LA IRA
PREGUNTA
Venerable Maestro: algunas veces, por ejemplo, sentimos que está actuando el "yo de la ira".
Uno se da cuenta de que tiene ira y quiere comprender el fenómeno que la provocó.
Sin embargo, a la vez no se siente uno con fuerzas, porque ese "yo" puede más que el anhelo de observarlo.
¿Qué podemos hacer en ese caso?
RESPUESTA
Obviamente el "yo de la ira", plenamente establecido en los cinco cilindros, se ha convertido en este caso en amo y señor de toda la máquina.
Sin embargo, existe un pequeño margen -muy limitado por cierto- de libertad.
Hablando en forma de analogías, diremos que ese margen es tan pequeño como el que puede existir entre un violín y el estuche que lo contiene.
Es muy limitado, en verdad, pero si lo usamos inteligentemente, se puede ampliar.
Hay que apelar a la auto-reflexión evidente del ser y hay que apelar también a la auto-observación: observar a ese "yo de la ira" en acción.
Cuando uno se auto-observa durante un ataque de ira, comprende que algo, algo distinto a uno ha entrado en sus cerebros, que se ha adueñado de ellos.
Si uno ha comprobado mediante la auto-observación esa realidad, puede dar otro paso, que es el de la auto-reflexión evidente, y si por medio de la auto-reflexión evidente ha llegado a la conclusión de que un demonio de la ira se ha apoderado de él, entonces puede dar el tercer paso: el de la meditación interior profunda.
A través de la meditación viene el análisis superlativo: hay que arrojar luz sobre esa faceta, hacer claridad en la mente sobre lo que acaeció para que surgiera la ira, y se llega a descubrir entonces que ese "yo de la ira" tiene otras raíces.
Puede ser el amor propio; puede suceder que alguien nos hirió el amor propio, o puede ser que alguien nos hirió el orgullo, o puede ser que alguien nos hirió la susceptibilidad, o que nos hirió la vanidad, etc.
Si uno llega a descubrir, pues, la causa de esa ira, entonces comprende que esa ira es fatua, y si uno ha comprendido que esa ira es fatua, está en posibilidades de desintegrarla.
V.M. Samael Aun Weor


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