AVELLANO (Corylus avellana L.).
Virtudes:
Las avellanas son de mucho mantenimiento por la gran cantidad de aceite que contienen, y no tan pesadas como las nueces, esto es, de digestión mucho menos trabajosa.
No es de aconsejar que las coman los ancianos, siempre propensos a las altas presiones sanguíneas; porque contienen una sustancia que eleva dicha presión.
En cambio, las recomiendan a las jóvenes cloróticas y a todas aquellas personas de sangre pobre.
La corteza del avellano, sobre todo por sus principios astringentes, se encomia para atajar las diarreas y cortar las hemorragias. Los gatillos masculinos, que se colectan en pleno invierno, cuando todavía están repletos de polen, se emplean como sudorificos.
Uso:
Las avellanas se comen a pasto, sin abusar de ellas; y si cansaren, alternando las crudas con las tostadas.
También se prepara horchata de avellanas, previamente molidas o machacadas, y con agua y azúcar.
Como astringente, la corteza se da en cocimiento concentrado: 1 o 2 onzas de corteza en medio litro de agua, que se deja hervir de quince a veinte minutos.
La corteza de la raíz aún es más eficaz que la de las ramas.
El polen de avellano se da en infusión o en cocimiento: media cucharadita de él en una taza de agua bien caliente. No es menester filtrarlo. Es sudorifico.
https://es.wikipedia.org/wiki/Corylus_avellana